El Hombre que regalo la Luna. ( parte 2 )

viernes, 17 de abril de 2009




...La vio, venir por el pasillo, sola como siempre, bella como siempre. “Estrella mi vida, me estoy muriendo sin tus besos, y lo único que te pido es que me dejes hacerte feliz” Le dijo el hombre de rodilla ante ella, con hermosas flores extendidas, pero el gran problema era que muchas ya estaba decaídas, sus poemas se le fueron de la cabeza, y lo que dijo no produjo alguna respuesta en ella. “No lo sigas haciendo, pierdes tu tiempo” le repite ella. Se iba y él se sentía tan incapaz de hacer algo. Lo único que le vino a la mente y que fuese romántico fue decirle “No sabes cuanto te amo, que seria capaz de regalarte hasta la luna con tal de que me digas que si” Estrella se detuvo, voltió y lo miró con los mismos ojos de seriedad, el hombre estaba esperando que le repitiesen lo mismo pero ella le preguntó “¿La luna?” “Si la luna, el sol y todo lo que quieras” respondió él. “¡No, no! Solo quiero la luna.” Le dijo seriamente ella. “La luna es tuya” respondió inmediatamente él. Ella ya no era la misma de antes, una hermosa sonrisa brotó de sus labios, y salto a los brazos del hombre a besarlo. A los cinco días después se casaron por la iglesia. En el trabajo a ella, sus compañeras, la odiaban, Raquel ya no le hablaba, solo por los celos. Pero el hombre una gran noticia recibió, el jefe le dio el ascenso inmediato a subdirector, solo por su buena facha que irradiaba confianza y buena suerte por donde se le mirara. Cuando él le menciono la palabra luna de miel siento mil fuegos en el cuerpo de Estrella quien hizo que su viaje de recién casados fuese el más románticos de todos. Ante tal cariño el hombre prometió juntar cada peso que ganara, para poder comprarle la luna a su dama. Pero con el pasar de los años, la promesa pasó a ser un montón de palabras. Ella anhelaba tanto tener la luna, pero él le decía que eso fueron solo versos de amor, que comprar la luna es imposible. “Tan imposible como habría sido este amor” le respondía ella. Llego a amenazarlo con terminar la relación si no le compraba la luna y al verse el hombre en esta situación, decidió llevarla en estos viajes a la luna, que ahora se podían realizar. Ella con gusto acepto. El hombre quedo confuso. ¿Qué era lo que ella quería en verdad? Se preguntaba sin parar, pero con un beso esa noche Estrella lo hizo calmar. El viaje no se hizo de la noche a la mañana, pasó un año hasta que pudo al fin viajar. Él sabía que Estrella no lo amaba, pero estaba tan enamorado que cualquier cosa haría para pasar un día más, solo con ella, nada, ni nadie mas importaba. Hoy día al hombre se le ve mirando todas las noches hacia el cielo desde la ventana de su cuarto con una botella de tequila en su mano, los ojos cristalinos, y su rostro casi muerto. Es que aquel día, cuando la llevó de viaje a la luna, Estrella comenzó a sentirse extraña. Primero dejo de hablar, ni una palabra se le escapaba, luego estaba contenta al ver que ya estaba cerca de la luna. Al final del viaje ella se sacó la ropa y al descender de la nave su piel se volvió tan pálida que paresia iluminada, y así como por arte de magia la dulce dama se convirtió en estrella, y no porque su nombre así lo fuera, sino porque en realidad por mucha belleza que irradiara mujer no era, ni lo fue. Así lo entendió el hombre. “La mujeres son muy simples” se decía. Nunca amó a las mujeres y a la única que amó era tan mágica que no podría ser humana sino una estrella perdida en la tierra. Y así paso toda su vida, esperando por las noches, que alguna de las infinitas estrellas fuera ella y que bajara a su ventana para que se lo llevara hacia las oscuras profundidades del espacio, que no fuese nadie más que su Estrella. “Yo se que en el fondo ella me ama” se decía.
Se dice que pasó su vida entera esperándola con una botella de tequila, que nunca mas volvió a comer y que era el veneno del alcohol quien lo llevo a su muerte. Toda la gente lo miraba por su ventana como estatua mirando al las estrellas, hasta que una noche ya no estaba asomado, mucho dicen que ella se lo habría llevado, pero otros dicen que nunca existió un hombre enamorado de una estrella y que esa casa siempre ha estado abandonada.
Yo, no tengo idea.

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